¿Cómo comenzar este análisis de la 2da temporada de House of the Dragon?. buej, hagamos un símil. Cosas similares pasaban con el invierno a lo largo de la mayoría de las temporadas de “Juego de tronos” pero en la prime Serie se complementaba con una gran variedad de historias alternas que entretenían al espectador. En el caso de “La Casa del Dragón” lo que parece siempre estar viniendo nunca llega con la tan divulgada «Danza de los Dragones». Anunciada desde el principio, el combate entre las dos facciones (Team Negro y Team Verde) que se disputan el trono de hierro del desembarco del Rey es un aviso constante e interminable, la «zanahoria” que los creadores le ponen a los telespectadores mientras los hacen ver horas y horas repletas de amenazas que no cesan, estocadas que se extienden y retiradas a tiempo con historias nuevas metidas de «sopetón». La segunda temporada de la serie de HBO, transmitida por la plataforma de streaming de «Max» llegó a su fin tras ocho episodios (eran 10 y por la huelga de escritores lo recortaron a 8) que consistieron en esperar, negociar y ver si era o no posible evitar la masacre entre hermanos y familiares. Y vamos, seamos honestos, dado los eventos, todos sabíamos que no lo era. Y menos con unos dragones que estaban dando vueltas por ahí con ganas de comerse a unos cuantos «bastardos», otros encerrados esperando al primer tonto del reino que se atreva a asomar la cabeza y unos pocos con ganas de hacer lo suyo… ¡DRACARYS!🔥.
Está confirmada como una profundización de la historia narrada en “Game of Thrones”, una que hurga en los orígenes familiares de esa saga para encontrar las razones de mucho de lo que irá a suceder después, a la segunda temporada de la “La Casa del Dragón” le viene costando generar el hype y tener el impacto que logró la serie original en algunos episodios. Según mi opinión, algunos pasajes lo consiguió en la primera temporada pero sin llegar cerca a las míticas y recordadas «Boda Roja» o «La Batalla de los Bastardos», si bien la 2da temporada cuenta con una gama amplia de dragones haciendo lo que saben hacer, unas cuantas sorpresivas muertes y algunos que otros impactos repartidos a lo largo de los episodios, no llega a dejarte una huella como su serie antecesora. Es que el éxito de «Juego de Tronos», cómo se le conoce en español, se sostenía por el carácter poco previsible de la mayoría de sus personajes principales y secundarios y por generar en el telespectador todo el tiempo la idea de que cualquier cosa podía suceder en cualquier momento. Principalmente, porque la mayoría de sus protagonistas tenían un carácter egoísta frente a otros, poco confiables o estaban completamente locos, eh, ammm, Ramsey Bolton ¿Les suena?.
“La Casa del Dragón” es una serie más cauta y mesurada, más política y llena de intrigas, con dos mujeres liderando (amándose y odiándose en partes iguales) los bandos enfrentados e intentando calmar a los hombres, más deseosos de montarse a dragones y dirimir sus conflictos a «Dracarazos» limpio. Menos interesadas en pegarse un baño de sangre sin pensarlo un poco antes, las viejas amigas luego enfrentadas Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy) y Alicent Hightower (Olivia Cooke) irán buscando maneras de evitar ese derramamiento, pero cada una mostrando un festín de vaivenes en su postura ante la guerra. Pero esta clarito como el agua que no les será posible, por más que ambas se pongan de acuerdo. Y esa tensión será el eje de una temporada que se presenta como el último intento en poner paños fríos entre los “verdes” y los “negros”.
En el desenlace de la temporada, la serie lidiará con las consecuencias de lo que quedó muy claro al final del Episodio 7: que el ejército “negro” controlado por la popular «Reina de los Ándalos» Rhaenyra, tiene muchos más dragones que los “verdes” del tullido Rey Aegon II ¿El Rey desfigurado?, ¿El Rey incinerado? (Tom Glynn-Carney) y su cada vez más enojado hermano Aemond «El tuerto» (Ewan Mitchell) y que, tras cosechar varios ejércitos fieles a través del reino, es el momento de mover de una vez por todas las piezas y atacar.
Pero antes habrá que definir qué pasa con Daemon Targaryen (Matt Smith), que estuvo más de media temporada en Harrenhaal teniendo sueños raros y ahora le toca uno tan angustioso como reconocible para los fans de la saga. Y ver si los nuevos jinetes, bastardos todos ellos, son o no aptos para la tarea que les ha tocado, por suerte o desgracia. Por cierto, está trama del «Lord lecho de pulgas», como se le conoce en los libros a Daemon Targaryen, ha sido uno de los grandes afectados en esta temporada con una historia excesivamente alargada, visiones que si bien sabíamos a lo que iba, se repetían una y otra vez provocando que el espectador se desconectara del capítulo.
La temporada concluye sin traicionar la lógica que tuvo a lo largo de los episodios previos: presentarse como un lento (LENTISIMO en algunos casos) preludio a las inevitables y seguramente devastadoras batallas dominadas por las enormes y fogosas criaturas voladoras que vendrán a continuación. El drama humano, familiar, en el que se apoya la saga es fascinante. Pero si los conflictos no terminan por activarse, todo se termina pareciendo a una larga serie de reuniones de gabinete. Alguien, en algún momento, tendrá que gritar “acción” que perdemos a la audiencia y que pase lo que tenga que pasar después de desembolsar unos cuantos millones de dólares para que los dragones luzcan impresionantes en la gran pantalla chica (es un crimen verlo desde una tablet o teléfono celular)
Por lo anteriormente comentado, desde el equipo de Menú a la Carta le damos a esta 2da temporada de House of The Dragons un 7,5. ¿Y qué puntuación le das tu a esta temporada?.
Si deseas que analicemos otra serie o pelicula no dudes en dejarnos tu sugerencia (Gracias, la gerencia…)
ANT.